jueves, 1 de octubre de 2009

-.-

'Y la soledad caminó sobre la sangre impregnada
en el suelo, mostraba su elegancia y alevosía.
Observó el lugar con escarnio, y sonrió.
Su Presencia me estremecía y el frío en mi dormía.
Era real, era una cruel despedida, fuí condenada a morir
en vida, pues las agujas del reloj descansar querían.

Ahora estoy sin sentido caminando entre la niebla,
el viento acaricia mi cuerpo y en el, oigo una singular
melodía, la melodía de la soledad, no la quiero olvidar,
pues ahora, solo con ella podré estar en paz.'

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